¡CUIDADO CON ATRAER LO QUE INTENTAS EVITAR!
Dedicamos mucho tiempo y mucha energía intentando evitar que no suceda aquello que NO queremos. Te has preguntado alguna vez ¿Por qué acabas consiguiendo lo contrario?
La solución es: CAMBIAR TU FOCO DE ATENCIÓN.
Todos necesitamos tener cierta sensación de control sobre muchas situaciones de nuestra vida: estudios, trabajo, pareja, relaciones sociales… Para ello, hacemos una auditoria de todos los posibles peligros, creyendo que así, podremos intervenir para protegernos de sus posibles consecuencias.
La realidad es muy diferente. Esos peligros en los que pensamos y para los que incluso nos preparamos, son una recreación de nuestra mente que nos genera ansiedad por anticipar lo que podría suceder. Acabamos sufriendo por todo lo que puede pasar, impidiendo así aprovechar y valorar lo que realmente estamos viviendo ahora.
En este punto, te dejo una cita del célebre filósofo francés, Montaigne. Espero que te sirva para recapacitar:
“Mi vida ha estado llena de terribles desgracias la mayoría de las cuales nunca sucedieron”.
¿DÓNDE PONEMOS NUESTRO FOCO DE ATENCIÓN?
Con nuestros pensamientos estamos determinando nuestra conducta, nuestros hábitos y finalmente nuestro destino. Por eso es de vital importancia, ver dónde estamos poniendo nuestro foco de atención. Inconscientemente, podemos anclarnos en el sufrimiento, permitiendo pensamientos negativos que se repiten una y otra vez.
Intenta observar tu “tendencia de pensamientos” y corta ese proceso mental autodestructivo. Te darás cuenta de que hay pensamientos a los que no paras de darle vueltas y quieres evitar, así podrás cuestionarte, para qué sirve que sigas pensando en eso.
Analizar tus propios pensamientos es fundamental para poder modificarlos a tu favor.
También es súper importante no creerte todo lo que piensas. Deja abierta la posibilidad de que existan otras perspectivas que en ese momento no eres capaz de ver.
Nuestro foco de atención tiene el poder de centrar toda nuestra energía en un asunto específico, perdiendo así la perspectiva de un todo global. Cuando esto lo hacemos ante algo que nos preocupa nuestra experiencia gira en torno a esto.
TU CEREBRO NO ENTIENDE LA NEGACIÓN
Nuestro cerebro asocia pensamientos con imágenes y el NO, no está integrado en estas imágenes. Si quieres hacer la prueba puedes decirte “no voy a pensar en un elefante rosa” y comprobarás como acabas pensando en ese elefante rosa. Este fenómeno que se produce en nuestra mente, se conoce en psicología como “Teoría de los procesos irónicos”.